Proyección

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Paradójicamente la soledad destaca la compañía de gritos, gruñidos y murmullos de voces que rozan lo extraño... voces que hablan de cadáveres abatidos al fondo de abismos filosos, de cráneos aplastados por el peso de sus actos, de círculos de dolor perpetuo y de prisiones faltas tano de muros como de esperanzas de escapar... voces que no se van al cerrar los ojos...

Mis oídos me traicionan guiándolas a mí cada noche... algunas veces son piadosas y articulan solo palabras escondidas en ininteligibles mensajes, otras veces solo susurran sin mayor propósito que el mantenerme despierto...

Ahora apareces tú, te busco entre oscuros árboles de azulosas tonalidades... jugando te escondes entre la niebla... puedo sentir tu aroma... me guías a buscar mi reflejo en tus ojos sin darte cuenta...

En la oscura compañía de la Luna, la tinta fluye como sangre tiñendo las páginas del libro que solo ambos podemos leer, llena de una vida tan palpitante como eterna... como un acontecimiento extraordinario las voces deciden partir, develando dentro de mí miles de deseos profetizando que ya ha muerto mi última noche sin compañía...



07:30

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7:30 de la mañana, un fragmento en el tiempo carente de significado trascendente en la actualidad, pero que ganó valor adicional cuando voluntariosamente se volvió la cuna del diálogo que sostuve con el Sol cada vez que decidió acercarse a mi ventana.

Cuando el particular semblante del Astro Rey se depositó sobre la superficie de mi guitarra, logrando que su piel tomase colores únicos que emularon un crepúsculo infinito y perfecto, me habló del ocaso del sombrío velo del cual nuevamente me he vuelto dueño, sentando las condiciones ideales para lograr un apretado y dulce sonido vintage mientras escolta mis ojos cerrados que gozan del sabor del café con crema...

Ritual

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Bajo el ritmo de cuerdas vetustas, el cántico de voces embriagadas por el sabor de la carne claman su nombre. El corazón dentro de la roca vuelve a latir, el áspero cuero reseco se libera de su pétrea prisión al tiempo que se levantan los párpados de ojos sanguinolentos decorados por una mirada llena de orgullo y éxtasis difícil de describir.

Abrazados por la niebla gélida espectros claman un agónico respiro antes de caer en las fauces pútridas del demonio que se alza hambriento luego del milenario letargo, atentando contra la naturaleza de lo más sagrado impidiendo que las almas retornen a su esencia primigenia.

Las madres lloran los cuerpos de sus hijos... los hombres atónitos pierden el horizonte presas del pánico... el pútrido hedor a cadáver se eleva como una sutil invitación a vaciar las entrañas... desde los animales más pequeños hasta las bestias más descomunales dejan tras de si este desierto de hielo apelando a su instinto de supervivencia... vi los cielos oscurecer y derramar lágrimas de sangre... fui testigo de aquello y mucho más...

Al fin del día no pude esconder mi sonrisa... al fin tuve paz... 
Odín huye... se esconde... teme... siempre dije que era un buen nombre para un perro...







Triángulo

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He dirigido lo ojos en incontables oportunidades a los cielos, en busca quizás de algún tipo de orientación o consuelo, en busca de emplearlo como lienzo de un sin fin de sueños volátiles, en busca de encontrar un regazo protector símil al vientre materno para conjugar pensamientos con memorias de marco exiguo...

La luna y su luz pálida me recuerdan la última vez que bebí de tus labios... esa mirada cómplice e inocente a la vez... cabellos negros que vistieron tu rostro de tonalidades únicas... el golpe inaudible de las olas por no tener los píes sobre la tierra...

Al final de cada sueño la realidad arremete como una cascada de piedras, dando cabida a la simple revelación de que es arduo asimilar que el aroma de tus hombros ahora es solo una evocación lejana...

Ella me pregunta por qué lentamente me volví en la pálida imagen de mi mismo, y con vergüenza no sé qué responder... a veces edifiqué planes para salir de esa caja, y especulé las palabras adecuadas de aquella plegaria que me brindaría un poco de redención para hacerme las cosas mas simples...

Me hiciste creer en la mentira de que no hay perdón piadoso fuera de tus brazos, de que eres el ángel que da sentido a mis latidos y escucha mi respiración tan solo para saber lo que estoy pensando... pero aunque ahora te disfraces de cielo, no pediré volver a caer en el juego sin sentido del cual gustas tanto...

Busca nuevas maneras de divertirte... por mi parte disfruto de la pétrea frialdad que solo la soledad puede brindar, y veo luces en muros que no existen...