El cuestionamiento surge en la medida que sustraigo los trozos de mi rostro trizado, sintiendo ante todo el latido del piso tangente al murmullo de un destino incierto...
De manera inconciente caigo en el brillo de ojos inocentes, tratando de descifrar su misterio a la vez que juego en cruel danza de llamas, a la espera del hálito libertador del calor vehemente de una mente en fantasías...
Por el sendero, una delgada línea me separa de esa elevada luz centelleante y las imágenes que acompañan mi sueño, en espera de que no menciones mi nombre ahora, sino por la mañana al momento de despedirnos, de que no menciones que focos pardos caminan por la noche, sino que en su momento fuimos parte de los astros... ver por unos instantes un paraíso sobre la tierra, escenario de la unión de dos flamas incandescentes...
Bajo la tutela de las alas de un ave silente, los granos del tiempo caen... buscando ser de manera errática el reverso de una moneda de cobre, buscando trepar en el vacío, buscando cruzar camino de agua en descalzo andar con tal de detener tus pasos y confesar que todo espacio es nuestro...