A razón de que a simple vista este ardor es más fuerte que cada uno de nosotros, mis anhelos insatisfechos persiguen un nuevo horizonte: beber cada gota de este elixir agridulce una vez que mis raíces se apeguen a las tuyas. Embriagarme hasta el ahogo de esta grave infusión, en la medida en que sigo necesitando que tu figura no sea producto solo del imaginario.
Bajo esta fútil mascarada se esconde la triste marioneta de un mísero mentiroso que se escuda en la excusa del temor; una suerte de cáncer eterno que nunca descansa de propagarse, que no cesa de consumirte y se alimenta del verte perecer. Soy un intento de sobreviviente bajo la sombra de tus faldas... un accidente de esta libertad en pedazos.
Solo queda extraviarme en las inestables emociones que solo tú logras que existan. A fin de cuentas, al igual que un niño que insiste en jugar con su proyección en un espejo, busco seguir bebiendo

