07:30

|

7:30 de la mañana: un fragmento en el tiempo carente de significado trascendente, pero que ganó valor cuando, voluntariamente, se volvió la cuna del diálogo que sostuve con el Sol una vez decidió acercarse a mi ventana.

Cuando el particular semblante del Astro Rey se depositó sobre la superficie de mi guitarra, maquillando su piel con colores únicos que emularon un crepúsculo infinito y perfecto, me habló del ocaso del velo sombrío del cual nuevamente me he vuelto dueño, y preparó las condiciones ideales para un apretado y dulce sonido vintage, mientras escoltaba mis ojos cerrados que gozaban del sabor del café con crema.