Último Segundo

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Poner nuestra fe en algo que continúa hallándose fuera de esta gélida estancia nos permite creer nuevamente en las bondades de los Campos Elíseos. Tras estos muros de grueso y vetusto adobe, se escuda el anhelo de retornar a las raíces de llanuras incólumes, solo para volver a crecer y esconder la mirada, con la expectativa de que, al bajar las sienes, se detendrá la cuenta regresiva para la llegada del bloque de la “no luz”.

En este primer epílogo, tu semblante sigue siendo fuerte y sereno. Tal vez nos reencontremos cuando el vacío extienda sus brazos para darnos la bienvenida y decidamos orientar nuestras luces hacia las últimas horas del conteo final.

Los sonidos del viento tocan nuestra piel insensible y contemplo cómo la vida se consumió mucho más rápido de lo que alcanzamos a vivirla.

En mis Sueños

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Anoche soñé contigo una vez más... esta vez sí pude ver tu rostro.
No logré alcanzar tu piel ni tus labios, pero tu sola presencia bastó para que mis piernas tambalearan. Una sensación difícil de explicar con palabras; extraña e incómoda, pero al mismo tiempo la más bella y la más pura.
 
Anoche soñé contigo y te vi entre sábanas blancas. La luz realzaba tu figura solo para hacer que este corazón marchito latiese una vez más, como nunca antes, incansable solo por tu nombre.
No es lo que yo pueda llegar a imaginar... es sólo ver tu rostro.
Aún no comprendo el efecto que tienes en mi (¿o tal vez sea que no quiero entenderlo del todo?). Es ver tu sonrisa... sonrisa por la cual daría cuanto fuera, pues es solo ese gesto tuyo es capaz de hacerme poner la frente en alto y alzarme del piso.
 
Anoche soñé contigo solo para ver mis anhelos; ver en tus ojos el reflejo de los míos; sentir tus caricias y tus pequeñas manos entre las mías; sentir que mi cuerpo no tuviera límites con el tuyo.
Ya quisiera ser el hombre al que están dedicados tus versos.
Ya quisiera ser el foco de tus pensamientos.
Ya quisiera ser quien te haga sentir especial y diferente, como solo tú puedes serlo.
Ya quisiera ser aquel que te haga soñar como yo lo hago ahora.
Ya quisiera que pudiéramos soñar juntos.
 
Anoche soñé contigo con la luz encendida, tal vez a la espera de que fueras tú quien la apagase y te quedaras a mi lado a compartir la noche.
Anoche soñé contigo... y fue la forma de robarle minutos a la creación para estar a tu lado, a pesar de estar físicamente distantes.
Anoche soñé contigo... y fue una noche excelente.
Anoche soñé contigo... y es una lástima que sólo haya sido un sueño.
 

Sendero Sucio

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Por palpar las alturas sacrificamos nuestra fracción inmortal y construimos una escalera al cielo en base a cráneos y toda clase de osamentas.

Por metas incongruentes nuestra señora de tul lóbrego aparece, solo para ver embellecidos sus rasgos al perfilarse a contraluz bajo rocío carmesí. La carne de los pares retorna a la tierra, mientras sus cenizas brindan paso al levantamiento de un nuevo trono.

El adalid solo acierta su camino en la medida en que despliega sus fortalezas, pero termina erigiendo, en su propio pecado, la condena a su mazmorra.