Hoy… Cansado

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Los sonidos a deshoras se vuelven molestos. Es solo una parte del aura que abre la puerta a la tortura de un torbellino de enfado. Es la prueba de que existen límites, y que se han visto violentamente sobrepasados.
 
Una mirada que genera arcadas, una risa superflua que da asco, un aspecto plástico que se siente peor que el excremento y una inconsecuencia que fatiga. Es la prosodia que envuelve a tu rostro y te transforma en un concepto vomitivo.
 
Tu mueca atónita no lo entiende. Nunca has comprendido nada más allá de tus uñas perfectamente decoradas y sueños de espuma barata. Nunca te diste el tiempo para dejar de ser un maniquí perfecto... y tiempo, es precisamente lo que menos tengo.
 
Entre ceder o ser devastado, honestamente prefiero lo segundo. 
 

Sobre Sendero Recorrido

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El sol aparenta cumplir con la rutina que frecuenta día a día; una caminata como tantas otras que parecieron morir con la salida de un satélite diminuto, solo para propiciar el inicio de un nuevo ciclo.

El anaranjado crepúsculo da paso al nacimiento de siluetas oscuras, que se extienden hasta los pies que recorren una mezcla de tierra y asfalto por senderos familiares en un mundo lleno de pilas de huesos y manos corrompidas.

Por un momento estoy en medio del camino de enormes monstruos metálicos, cubierto por la sombra de gigantes de piedra. De improviso cae la noche; sin motivo aparente, las hojas caen mientras rostros inexpresivos se acercan por ambos lados para perderse tras mi punto ciego.

Es un trayecto redundante; esta vez sin compañía ni motivo aparente. Vuelvo al punto en donde tantas veces nos despedimos de forma inocente. No sé aún qué es lo que extraño, pero cuando lo descubra, prometo escribirlo para no olvidarlo.