Los sonidos a deshoras se vuelven molestos. Es solo una parte del aura que
abre la puerta a la tortura de un torbellino de enfado. Es la prueba de que existen
límites, y que se han visto violentamente sobrepasados.
Una mirada que genera arcadas, una risa superflua que da asco, un aspecto
plástico que se siente peor que el excremento y una inconsecuencia que fatiga.
Es la prosodia que envuelve a tu rostro y te transforma en un concepto
vomitivo.
Tu mueca atónita no lo entiende. Nunca has comprendido nada más allá de tus
uñas perfectamente decoradas y sueños de espuma barata. Nunca te diste el
tiempo para dejar de ser un maniquí perfecto... y tiempo, es precisamente lo que menos
tengo.
Entre ceder o ser devastado, honestamente prefiero lo segundo.



1 comentarios:
no me retes :(
Y sí... esa gente es aburrida, cansadora, agotadora... y yo que soy altamente intolerante a la estupidez... me generan una reacción alérgica o algo así. He optado por ignorarlos, porque si los trago capaz que me dé un paro cardiorespiratorio...
pffffffffffffffffffffffff...
(no sé qué es eso... sólo quería hacerlo... :P )
Publicar un comentario