Metamorfosis

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La imagen del cristal me habló nuevamente, no como antes... nunca había sido tan cruda, tan directa... desnudó las páginas de un libro escrito con un lenguaje mágico prácticamente incomprensible, volviéndose la luz asesina de sombras perpetuas que disfrazan al cuerpo putrefacto, como mallas negras a una muñeca de pálida porcelana...

Ser fiel a los dictámenes de una bomba cardiaca atrófica, asumir su conducta y comprometerse con ella, no se caracteriza por ser una meta exenta de complicaciones... más si este corazón figurativo se presenta tan vacío que se mimetiza con la nada...

Al igual que una mariposa nocturna, salir de la crisálida para acariciar los favores de la noche es la génesis de un nuevo y potente mito, la alegoría de una coraza plateada y el compromiso ante un arca de salvación... todo mientras gusto de la tonada de una banda de jazz/fusión que toca al aire libre sobre pétreos pastelones perennes aún húmedos por la lluvia del día anterior...






1 comentarios:

Magdalena dijo...

OK... primero, lo primero... debo corregir unos "horrores" ortográficos: es "asesina" y "mallas" (no estás hablando de los aborígenes, cierto?).
Ahora, olvidémonos de esos temas y vayamos a lo importante... si hablas con imágenes en el cristal, entonces a lo mejor realmente deberías estar en el siquiátrico... jajajaja... no, no... bromita...
Ya, ahora en serio... me gustó tu texto... se siente poderoso. Es bueno sufrir metamorfosis, anque no sé si transformarse en polilla (al final eso es una mariposa nocturna) sea la mejor opción. A menos que te guste mucho la ropa y vivir adentro de un clóset (mmm... eso suena a gay.. cuidado...)
Por lo menos ahora sé que tengo que evitar la naftalina... o a lo mejor comprar una buena provisión de ella... ;)
besos