Una dulce melodía, tan simple, tan sencilla y tan
única se transfigura en medio de la soledad como la mejor máquina del tiempo,
transportando a un cuerpo abatido por las deshoras a pasadas tierras cálidas y
otras no tanto...
Es en este cruce de momentos, este lugar ente
sitios, este paréntesis del avance del reloj de arena, que con un dejo de fría
crueldad voy eliminando recuerdos y obras con sentimientos reales, como parte
de purificar el camino que se erige por delante, pasando por alto un luto que
no es tal y dejando de sentirme perverso sin motivo...
El cariño pueril se va con el viento, las palabras
ahora no son más que eso y las hojas son solo hojas... si algo no es lógico, no
tengo motivos para pedir perdón...
El sonido del avanzar del tren de las 4:30 se
mezcla con el recuerdo del romper de las olas... ya es la hora... una por una las
hojas de un árbol caen para dar la bienvenida al otoño, éste se desnuda por
completo solo para vestirse con bellos colores para recibir al sol...
Tengo mí calzado de gastadas suelas cubiertos de barro por tanto
caminar y aún ni siquiera he llegado a mitad del camino, pero cuando menos me
permito ver que los matices del cambio de estación son hermosos...
Es tiempo de permitir a mis pulmones respirar, a mi sangre fluir a mis
músculos y órganos que buscan moverse y actuar como es debido, a mi corazón
latir más fuerte que nunca a un ritmo diseñado para estar en armonía con tu
nombre... es tiempo de dejarme llevar un poco, dejar que el amor nos diga qué es
lo que debemos hacer y no obviar que a veces necesito un litro de buen café
para volver a escribir...
1 comentarios:
Como siempre, amo lo que escribes y como lo escribes... Amo lo que sientes y como lo sientes. Y amo que siento lo mismo que tú...
Es tiempo, amor, es tiempo sí... Es tiempo de ser felices. Es tiempo de tener nuestra primavera en otoño...
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